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sábado, dezembro 21, 2024

O Que É Ser Imigrante – colaboração de Oriana Jara

“Ser mulher sempre foi uma tarefa heroica; ser mulher e imigrante, mais ainda”

A frase acima dá o tom da colaboração de Oriana Jara Maculet, primeira mulher da série “O Que É Ser Imigrante”.  Ela vai além da pergunta-tema e contempla a questão da mulher migrante em sua colaboração. Além das dificuldades que recaem sobre os imigrantes em geral, as mulheres ainda sofrem também com as barreiras impostas pela discriminação de gênero ainda tão comum no Brasil e em outros países.

Oriana é responsável pelo projeto “Mujer Latina, tú eres parte: no te quedes aparte” (Mulher latina, você é parte, não fique à parte, em tradução livre), que visa resgatar a memória das mulheres migrantes latinas e tudo o que elas podem ensinar. Assim, procura também ajudar a romper as barreiras e estereótipos produzidos pela discriminação de gênero.

Oriana é ainda a atual presidente da ONG Presença de América Latina (PAL), que celebra dez anos de existência em 2014 e tem como objetivo mobilizar, articular e incentivar ações coletivas dos migrantes no Brasil, em especial os hispano-latinos. Mais informações sobre a entidade podem ser obtidas por meio da página no Facebook. O site está em processo de reformulação e deve ir ao ar em breve.

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Chilena de Valparaiso, Oriana vive fora do país natal desde 1978 e está no Brasil desde 1995. Psicóloga social de formação, começou a trabalhar o tema das migrações em 1998, com foco em questões de gênero. Para preservar a essência, o relato de Oriana segue abaixo em espanhol, língua materna dela e de tantas outras mulheres migrantes.

 Ser mujer e inmigrante

Por Oriana Jara

Ser mujer nunca fue  una tarea fácil.  Más difícil todavía es ser  mujeres inmigrantes.  Pareciera nos quedamos detenidas en el tiempo: en el tiempo del nunca- jamás.

Claro que es necesario deshacer la idea de homogeneidad cuando hablamos de mujeres e inmigrantes. Somos diferentes, incluso las de una misma procedencia y cultura. Variamos en forma de ver, sentir y  pensar nuestros universos, al igual que las Evas nacionales. La migración, también es un proceso diferenciado, motivado por múltiples situaciones y circunstancias. Qué nos une, como para poder hablar de mujeres e inmigrantes? 

El quedarnos todas, detenidas en el tiempo, en el espacio, en el desencuentro de lo que vivimos y de lo que viven las otras,  tanto nuestras semejantes generacionales que se quedaron en el país de origen, como  de  nuestras congéneres del país que nos cobija.

Por qué?

En la mayoría de nuestro países,  desde los años 70-80  en adelante,  comenzó un proceso más o menos ágil de educación y de toma de conciencia  referente a la situación de discriminación y de desigualdad vividos  por las mujeres.  Reforzada por la imperiosa necesidad  para la reconstrucción de la democracia perdida., la inclusión de la  mujer fue uno  de los puntos de sustentación.

Esto  trajo políticas públicas,  programas y acciones concretas que permitieron el desarrollo gradual de la auto-estima, de la conciencia ciudadana,  el reconocimiento de  la sociedad  como un todo de los  valores y poder de lo  femenino y sus representantes. Pasamos a ser sujetos históricos, económicos y actrices sociales en el desarrollo de la Nación.

Eso sucedía en nuestro país de origen,  mientras nosotras,  en  cuanto mujeres inmigrantes, ajenas a la vida,  procurábamos  sobrevivir, adaptarnos a una cultura nueva, sociedad desconocida y  grupos nuevos de encuentro y desencuentro.  Quedamos  al margen de los procesos  que las mujeres vivían  en la sociedad de origen y la de acogida.   

Sus posibilidades de opción, de  ejercicio de su libertad, estaba en juntarse con las compatriotas,  que podían hablar la lengua, que conocían símbolos y silencios, que podían tejer memorias en conjunto y  recordar lo que no era más parte de nuestra vida: idealizar costumbres, hábitos, ideas y creencias muchas de las cuales , en  el país de origen otras mujeres  estaban procurando y luchando por revisar, modificar, cambiar.

Mientras las mujeres, se movían para cambiar, para ponerse a andar en nuevos rumbos,  recrear un universo destruido por la dictadura,  ellas, las inmigrantes caminaban hacia el interior de sus recuerdos, para buscar en la memoria lugares comunes, vacíos de contenidos porque, en el lugar donde fueron generados, estaban diluyéndose por arcaicos.!

Y, en el lugar de origen?  Muchas veces largos silencios por no saber la lengua. Una tierra diferente, historia no conocida, cultura no compartida  Imagen, auto identidad confusa  que para  sobrevivir tiende a cristalizarse en lo que creíamos que éramos y ya no somos más.

Ser mujer e inmigrante, es haber visto pasar el curso de la historia,  por la vereda de  enfrente.  Ser mujer e inmigrante es haber  quedado aparte, es no ser parte, es como dice la canción:  yo no soy de aquí, ni soy de allá.

Éramos las transmisoras de la cultura, de nuestra cultura. Transmitimos qué? Cual cultura?  La  cultura cristalizada en el tiempo,  que allá, en el origen , no existe más?

Transmitimos costumbres, hábitos, formas de vivir, a  nuestros hijos  que no quieren más, porque necesitan adaptarse a los hábitos y costumbres de sus pares  en el país que viven.? Tratamos de detenerlos en el “ como si”; como si fueran de nuestra nacionalidad., para comprobar con dolor    que ni ellos ni nosotras somos más , eso que creíamos o soñábamos ser .

Ser mujer y ser inmigrante es una desgracia?  Para nada , como siempre es una opción. Puedo quedarme repitiendo las cosas de ese tiempo que ya no es más,   o  se puede optar por ser más adquirir nuevas formas, nuevas  culturas, nuevos modelos, en fin, adquirir una nueva vida.  Ampliar su conciencia con nuevas vivencias,  con la vivencia de esos otros u “ otras”, otras culturas como la nuestra, en fin esos otros, que me complementan  y enriquecen  .

Es más difícil, sí, es más difícil.. Fuera del país, cortadas en el medio, tenemos que hacer ese proceso, profundamente solas.

Esto está en la raíz de toda mujer inmigrante., somos mujeres fuerte, profundamente solas y con mucho miedo.  Y, cuando expreso esto, ni siquiera estoy pensando en la indígena, en la mujer tradición, en la mujer tierra, que hasta la tierra  perdió, pues todo es asfaltado. Esa soledad debe ser cósmica, así como su silencio.

Expreso esto , no solo desde mi experiencia  sino también luego de un proceso maravilloso realizado con mujeres, inmigrantes latinas, a través de un proyecto colectivo llamado. Mujer Latina, tú eres parte: no te quedes aparte,   que publicó las Memorias Sociales de mujeres chilenas, (2010) , Uruguayas (2011) Colombianas (2012) , ahora está en curso el libro de las argentinas.  Trabajo que permitió recuperar una nueva identidad, hibrida, multicultural,  amplia y generosa y elegida. Elegimos ser de aquí y de allá y también de  más allá.

Ser mujer siempre fue una tarea heroica,  ser mujer e inmigrante  más aún.

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