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quarta-feira, outubro 16, 2024

‘‘Somos llamados a estar conectados con nuestros orígenes’’, dice manifestante chileno en Francia

El migrante chileno Joaquim Carrasco, de 28 años, inició un movimiento de protesta en Estrasburgo, Francia, después de que las manifestaciones se apoderaran de Chile. Participando en la comunidad chilena, latinoamericana y europea, Joaquim organiza actos toda la semana en la ciudad. Fue invitado por MigraMundo a informar lo que es protestar por su país a miles de kilómetros de distancia.

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Por Joaquin Carrasco,
De Estrasburgo (Francia)

Se me ha dado la posibilidad de contar mi experiencia como migrante militante.

Antes de comenzar es necesario explicar brevemente como he elegido la vida de migrante. Llegué a Strasbourg para continuar mis estudios. En Chile yo hice una formación como psicólogo y alcancé a trabajar tres años. Durante mis estudios y durante el trabajo me sentía motivado por poder continuar mi formación en el área social, centrado en el tema de la migración. Elegí Strasbourg principalmente por la oportunidad de poder hacer una formación especializada en esta área. También encontré una oportunidad para salir de mi país y aprender un nuevo idioma, un interés personal.

Desde mi adolescencia siempre me atrajo la experiencia de poder vivir en el extranjero. Bueno y un factor realmente importante era por la calidad de vida en mi país. Aun cuando siendo psicólogo hubiese sido realmente difícil de seguir una formación en máster en una universidad publica en Chile, ya que las matriculas son demasiado caras, en comparación con Francia. La educación chilena es una educación que se encuentra privatizada.

Esta posición es una posición que siempre he elegido, de algún modo las problemáticas sociales siempre me han movilizados, sobretodo la defensa de los derechos de los migrantes. Tanto en mi pais como actualmente en Francia. El rol de ser militante lo empece a vivir en mis primeros años universitarios en Chile en la ciudad de Coquimbo, participando en los movimientos locales, demandas sobre la educación a nivel local y también a nivel nacional. Lo que ayuda a comprender que el rol de militante lo he ido construyendo desde hace mucho tiempo. Estando en Francia he tratado de estar informado y participar en movimientos sociales enfocados en los derechos de los migrantes y en conflictos sobre otros países, ajenos al mio, pero nunca creí que terminaría manifestando por Chile estando a mas de 13.000km.

El movimento en Chile

”Después de tres años, es la primera vez que me siento en Chile y no en Francia.” (crédito: Arquivo pessoal)

Este movimiento social en Chile empezó a inicios de octubre del 2019, cuando la empresa de Metro en Santiago anuncio un alza de $30 pesos (€0,03), quedando en total el pasaje de Metro en $830 pesos (€1,1 aprox). Una tarifa alta para un pasaje único en un país donde el sueldo mínimo es $270.000 pesos (cercano a €350), y en un país que tiene un costo de vida cercano a países europeos como Francia sumado a la privatización de todo el sistema social (educación, salud y pensiones por ejemplo).

Tras esta alza de tarifa, el inicio de las manifestaciones fueron realizados por los estudiantes secundarios de Santiago, quienes realizaron una campaña de evasión masiva en el metro de Santiago. La primera semana de manifestación se focalizo en el alza del pasaje y solo en la capital, no al resto del país. Esa semana yo solo estaba atento a las noticias, se veía como un movimiento mas en Chile, casi una respuesta esperable y a su vez parte de la cultura de manifestación en Chile.

 Pero hubo algo que marco un antes y un después, para mi fue el día sábado 19 de octubre, una imagen que me impacto y que me llamo a movilizarme fue el hecho de ver a los militares, los tanques en la plaza Baquedano en Santiago, lugar donde se realizan las manifestaciones en la capital. Una imagen que solo la había visto en documentales sobre la época de la dictadura en Chile, una época lejana que nunca viví, ya que yo crecí en democracia. Esa imagen me causo rabia, tristeza, dolor y sobretodo frustración. Tener una sensación de impotencia por no poder acompañar a mis amigos y a mi familia, en un momento que se veía muy duro, ad portas de una tragedia. Sentir que la historia sangrienta se podría repetir, algo que solo leí en libros y vi en documentales.

En ese momento al comunicarme con mi mejor amigo, el me comenta que a pesar del miedo que se vivía, la rabia era mucho mas grande lo cual motivo a la gente salio a manifestarse ya no solo en la capital sino en todo Chile, el tema ya no solo era el alza del transporte sino una serie de demandas sociales que no se han respondido desde el retorno a la democracia.

” La mayor frustración es no poder estar junto a mis amigos, quienes se que están marchando en la calle, no poder acompañarlos. ”

 Estas demandas se focalizan principalmente en educación, salud y jubilación, y el cambio de constitución, ya que la actual constitución chilena fue creada durante la dictadura y no ha sufrido mayores modificaciones. En Chile se sigue viviendo con la constitución de la dictadura.

Este movimiento ha tomado mucha fuerza, desde fuera veo que tomo fuerza porque la gente se canso de un sistema que se presenta como prospero pero que la mayoría sigue viviendo en condiciones de pobreza o endeudamiento, eso sumado a la fuerte represión por parte del gobierno. Ya van personas muertas, relatos y videos de torturas, mas de 200 personas con lesiones oculares y el relato de mujeres que han sufrido violencia sexual por parte de agentes del estado.

Ver todo esto me causo una frustración, esta frustración que surgió me hizo un llamado profundo, varias causas sociales en el extranjero me han llamado la atención y me han movilizados, pero esta es la primera que siento que toca mi intimidad. La mayor frustración es no poder estar junto a mis amigos, quienes se que están marchando en la calle, no poder acompañarlos.

Y que se que reciben la represión directa de la policía. Ver la represión a la que se exponen, las imágenes de fuerza desmedidas (disparos de la policía contra la población civil, la primera semana, imágenes de muertos en mi ciudad de origen por parte de militares) junto con relatos de mis amigos sobre lo que estaban viviendo. Una sensación de dolor, tristeza y mucha rabia.

 Un dolor que moviliza, un dolor el cual mueve a hacer algo y no quedarse solo llorando. Lo mejor fue en un momento saber que esta sensación de frustración y ganas de hacer algo era compartida, con un pequeño grupo de chilenos de aquí, junto a mi hermano empezamos a hablar que deberíamos hacer algo como chilenos en el extranjero, aun cuando estemos lejos.

Organizamos una primera manifestación, donde terminamos siendo solo 10 personas. Pero no nos detuvimos ahí, seguimos haciendo llamados a manifestaciones, ya que estamos pendiente de la situación que pasa allá, lo cual ha generado que varias generaciones de chilenos que viven aquí se hayan sumado, y no solo chilenos sino también franceses, latinoamericanos y personas de diferentes orígenes se sientan conmovidos por la situación en Chile.

”En momentos históricos, somos llamados a estar conectados con nuestros orígenes, una posición que en el extranjero puede ser muy solitaria.”

Después de tres años, es la primera vez que me siento en Chile y no en Francia. Una posición bizarra que no negare que me ha causado grandes problemas a nivel personal con gente cercana de aquí. Pero que siento que puede ser un precio a pagar estando en esta posición de migrante, donde en algunos momentos, especialmente momentos históricos, somos llamados a estar conectados con nuestros orígenes, una posición que en el extranjero puede ser muy solitaria salvo en momentos de conexión con otros migrantes.

Por ejemplo, este movimiento me ha dado la posibilidad de tomar contacto con la comunidad histórica de chilenos en Strasbourg, familias de chilenos exiliados durante la época de la dictadura, quienes han sido un gran apoyo en estas manifestaciones y quienes han contado sus experiencias, sobre todo sus miedos, esa sensación de revivir un evento traumatico, aquello genera un sentimiento imposible a explicar, una sensación corporal « un dolor de guata (estomago) » que personalmente me es difícil de dejar de lado.

El hecho de compartir con esta población me ha servido aun mas de motivación, ya que realmente siento la necesidad de hacer algo por Chile desde tan lejos, generar un interés por la gente en lo que se esta viviendo en Chile. Es realmente doloroso ver como el lugar donde uno creció se ve transformado en un espacio de violencia y represión, es difícil ver como gente que uno conoce puede estar en una situación de un peligro, es realmente doloroso verlo desde tan lejos, sin poder al menos acompañar a la gente que uno quiere en un momento que se ve demasiado difícil.

Aun cuando también se ve un momento de unidad, una razón que me mueve aun mas, el sentimiento de unidad que se ve en las manifestaciones en Chile, y que me relata la gente y como se ha contagiado aquí en el extranjero. Donde diferentes generaciones de chilenos y chilenas se han encontrado aquí, donde también se ha logrado una unidad con otros latinoamericanos y también con gente de otros países, quienes manifiestan su solidaridad por lo que pasa en nuestro país.

Mi experiencia con los no-chilenos, ha sido sobre todo de interés y solidaridad. Me he encontrado con muchos quienes, siendo ajenos a la realidad de Chile, tenían una imagen de un país de éxito económico y un país estable dentro de América latina. Les extrañaba que de un momento a otro apareciera un movimiento social tan fuerte. Para muchos franceses inclusive les chocaba la imagen de ver al ejercito en las manifestaciones, me comentaban que eran las mismas imágenes que recibían cuando chile vivía en dictadura, lo cual me hacían mostrar su preocupación y solidaridad por el pueblo chileno.

Para muchos les interesa saber mas sobre el sistema chileno y les resulta chocante la realidad del sistema neoliberal chileno, la privatización de todos los recursos naturales, de la educación, la salud y las pensiones, les choca saber que chile tiene el mismo costo de vida que aquí en Francia pero que los salarios no están realmente acorde a esta realidad. Cuando les comento toda esta situación, su reacción es « bueno, entonces es normal que la gente salga a la calle ». cent

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